Con rabiosa actualidad la Consejería
de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio nos regala hoy la noticia del
protagonismo del Parque Natural de las Sierras Subbéticas en la portada de la
publicación Unesco Global Geoparks, a
través de uno de sus productos, la Sal
del Mar de Tethys.
Todo son honores y laudes al buen hacer institucional en la “promoción de los productos locales y la divulgación de los valore naturales y culturales del territorio, y en el caso de la sal, la apuesta por la supervivencia de una actividad tradicional que está en vías de desaparecer, como las salinas de interior”.
Y ya puestos, vengan también alabanzas a las Estrategias Andaluzas
relacionadas con la Biodiversidad, el
Patrimonio Cultural, la Minería y el Paisaje, en las que las que sal
y salinas figuran también como hitos
singulares de la naturaleza, la cultura y la economía de Andalucía.
Pero pongamos los pies en la tierra y en la sal blanca de la salina,
miremos la triste realidad, y hagamos reflexión y acción meditada más que
fiesta y propaganda. Desde La Asociación Andaluza de Artesanos de la Sal, ANDASAL,
es lo que llevamos haciendo desde que empezamos nuestras primeras reuniones con
los salineros, activos o no, de Córdoba, Jaén, Sevilla y Málaga, así como con
diferentes instituciones y administraciones con competencias en la materia,
incluida como no, la propia Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del
Territorio, hace ya varios años.
De cada uno de los salineros de Andalucía, de campiña o sierra,
guardamos horas de trabajo pero sobre todo de transmisión oral, como todo lo
artesano y patrimonial, de la cultura del trabajo en la salina, de los tipos de
sal y las mil y una historias de vida de familias enteras en el tajo salado de
la explotación. Nos quedamos también con los intentos de innovación y
emprendimiento en torno a nuevos tipos y variedades de sal llamadas al Olimpo Gourmet
más exquisito y exigente, y el reconocimiento a nivel nacional del proyecto Gabela de Sal por la Federación Nacional de Cofradías Vínicas y
Gastronómicas, premio 2015 Artesanía culinaria como Mejor elaborador
Artesano de Sal.
Pero no es oro ni sal todo lo que reluce. Algunas de estas reuniones
cuajarón y conseguimos, al menos, mantener en explotación algunas salinas,
inmersas en un serio problema de relevo generacional. En otras, el proyecto
quedo en eso, en una o varias reuniones sin éxito quizás motivado por la
resistencia del sector a la innovación y el emprendimiento, la falta de
recursos y oportunidades de financiación, nuestra propia capacidad de motivación,
o todo lo anterior. La realidad, la triste realidad, es que cada año el BOJA se
llena de nuevas declaraciones de caducidad por abandono de salinas
tradicionales y ausencia de ofertas en los correspondientes concursos de
explotación y reapertura.
De lo institucional y lo administrativo, guardamos más horas todavía
de trabajo, de reuniones con la Secretaría
General de Agricultura y Alimentación y la Dirección General de Calidad, Industrias Agroalimentarias y Producción
Ecológica, para la puesta en marcha de un proyecto de diferenciación del
sector basado en el concepto de Sal
Artesana y la primera Denominación de
Origen Protegida de Sal de Manantial de Andalucía, España y Europa.
Reuniones también con la Secretaría
General de Ordenación del Territorio y Cambio Climático, para desarrollar
las recomendaciones que distintos instrumentos de planificación y ordenación
territorial incluían e incluyen todavía con relación a la protección y puesta
en valor de salinas clasificadas como de interés cultural y paisajístico; con
la de Gestión Integral del Medio Ambiente
y Agua o la Dirección General de
Gestión del Medio Natural para reivindicar el valor natural y paisajístico
de las salinas de manantial; y la Dirección
General de Prevención y Calidad Ambiental para desarrollar un nuevo marco
de acción con relación a la incidencia medioambietal de estas explotaciones.
Más reuniones con Delegaciones Territoriales de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte,
o el Instituto Andaluz de Patrimonio
Histórico para resaltar el valor industrial, arqueológico, arquitectónico y
etnográfico de las salinas, así como con las de la Consejería de Turismo y Comercio para abordar estrategias de
aprovechamiento de algunas salinas de interés por su localización y potencial turístico.
Y como no, reuniones también con la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, para mostrar
el potencial del sector como motor de innovación asociado a la obtención de
nuevas variedades de sal y la reutilización de las salmueras residuales, y
sobre todo con la Secretaría General de
Innovación, Industria y Energía y la Dirección
General de Industria, Energía y Minas para intentar reactivar un sector de
la minería andaluza olvidado de forma recurrente en la planificación minera,
hasta convertirnos en la entidad con mayor numero de aportaciones a la nueva y
recientemente aprobada Estrategia de la
Minería Andaluza.
Sangre, sudor y lágrimas saladas derramadas en horas de trabajo, viaje
y desencuentro con la familia, para solicitar, preparar y asistir a cada una de
estas reuniones, y otras a nivel local y provincial con más de un Ayuntamiento, Diputación y Grupo de
Desarrollo Rural, llamando la atención sobre la situación del sector, su
problemática pero también de sus valores y potencial como fuente de bio, geo
y cliodiversidad, y oportunidad de nuevos modelos de negocio
en torno a lo salado, empleo, riqueza y desarrollo local.
De todas estas reuniones nos quedamos con la atención recibida, y el
tiempo reservado en la siempre apretada agenda del alto cargo para hablar de sal
y salinas. Nos quedamos también con la sorpresa de las instituciones al saber
por primera vez de salinas milenarias que tratan de mantener vivo un patrimonio
singular y propio de Andalucía y, como no, con el apoyo sincero de cada uno de
los representantes institucionales que nos recibieron.
Pero tampoco es oro, ni sal todo lo que reluce en el caso
institucional. El reconocimiento recibido por parte de cada una de estas
instituciones, es algo que llena siempre de orgullo y satisfacción, pero poco
más. Las piletas y los saleros de muchas de estas salinas no se llenan con este
reconocimiento, ni tampoco la despensa, ni la barriga de los que tratamos de
vivir de la sal y la salinas.
No hemos ido pidiendo ni subvenciones, ni subsidios a las instituciones
con las que hemos contactado, todo lo contrario, cada reunión ha estado
acompañada de la entrega de documentación técnica elaborada por ANDASAL para
actualizar inventarios o estudios de la administración, y propuestas concretas
de trabajo con relación a la puesta en valor de una u otra salina en función de
lo que la propia institución recogía en diferentes estrategias, programas o
planes de actuación en materia de medio ambiente, agricultura, minería y ordenación
del territorio.
Por eso nos escuece, como la sal en la herida, iniciativas
institucionales que hablan y fomentan los productos de la tierra y el mar de
Andalucía, pero vacías de cualquier tipo de referencia explícita a la sal, que
no a lo salado del jamón serrano, los quesos artesanos, el salmorejo, las
aceitunas y otros tantos productos en los que sal de calidad es elemento
artesano y obligado. Nos escuece también iniciativas de promoción del
patrimonio industrial que promueven rutas y visitas a lo más selecto del paraíso
agroalimentario andaluz lleno de sabores básicos menos el salado, y así,
granito a granito, todo un salero lleno y vacío en la herida abierta de un
sector tradicional, condenado a desaparecer a todas luces, por él mismo y lo
que lo rodea, pero que trata de resistir y modernizarse.
Menos mal que de vez en cuando surgen noticias como la que nos ocupa que
nos recuerdan la importancia de la sal y las salinas de manantial, capaces de
despertar la conciencia institucional, más por la importancia de quien a nivel
internacional lo hace y lo manifiesta, que por convencimiento propio y menos
por lo que desde ANDASAL hayamos hecho y dicho ante estas mismas instituciones.
Desde ANDASAL seguiremos trabajando por hacer visible este recurso y
patrimonio andaluz, seguiremos apostando por los que apuesten por mantenerlo
vivo y renovado con viejas y nuevas salinas, seguiremos insistiendo ante las
instituciones, dando la lata y pataleando como alguna vez nos invitaron a hacer
desde alguna institución que otra para seguir vivos, aunque recibamos más de un
cartucho de pólvora y sal en el intento, ni seamos profetas en nuestra tierra.
[1] Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Noticias
Emiliano Mellado Álvarez[1] Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Noticias
Presidente ANDASAL