miércoles, 6 de noviembre de 2013

Un paseo por las salinas de Baena



La recuperación del patrimonio salinero de la comarca del Guadajoz es uno de los objetivos fundamentales de Gabela de Sal. Como fase previa al diseño de posibles actuaciones de restauración y aprovechamiento, hemos realizado un primer inventario de las salinas del entorno de Albendín y Baena (Córdoba). Este inventario preliminar y abierto no es más que una primera aproximación que irá creciendo junto con el proyecto.

En el municipio de Baena hemos identificado un total de 20 salinas hasta la fecha. La gran mayoría es visible en la ortoimagen de 1956. Hoy es difícil reconocer lo que en su día constituyó un elemento característico del paisaje local. Olivos y barro en el mejor de los casos, ocultan calentadores y piletas; de los almacenes de sal, saladeros y viviendas del salinero solo quedan ripios y montones de piedras junto a un antiguo camino o senda.

Tejas Coloras y Granadillo mantienen cierta actividad asociada al consumo familiar de los propietarios. En Cuesta Paloma, objeto de una iniciativa de recuperación a finales del siglo pasado, el conjunto de edificaciones auxiliares se encuentra muy deteriorado, igual que el de la salina de El Justo hasta su completo derribo el pasado mes de septiembre. En la del Rincón de Muerto todavía se pueden reconocer diferentes estratos de otras tantas etapas de extracción de sal.

De otras salinas en plena producción en los 50, poco queda ya de la estructura original, salvo piedras sueltas e incluso alguna referencia explícita a lo que fueron en su día como en la de San José, Fuentidueña, Martín Sobrino, Vadofresno, Fuentidueña, Mirabueno, Roblizas y Brincas.

Sobre el resto de salinas incluidas en esta primera versión del inventario presentamos más una posible localización qué una identificación in situ o sobre la imagen de 1956. Es el caso de Pedro Muñoz en el Arroyo del Saladillo junto a la antigua fábrica de aceite, Pedro Ortiz en cruce singular de caminos de la campiña, las de los cortijos de Covatillas y Gangas, y las cabeceras de los arroyos de Brincas y Gastaceite.

Iremos avanzando en la caracterización de cada una estas salinas, así como en su potencial económico. Hasta ahora nos hemos centrado en las salinas de Vadofresno y Tejas Coloras de las que ya contamos con una primera cosecha de sal. Sobre el resto nos queda por delimitar estructuras y elementos patrimoniales de interés y verificar como en los dos casos anteriores la calidad y seguridad alimentaria de los pozos o manantiales originales.

A modo de presentación general y un primer paseo por estas salinas os presentamos un mapa sobre el podéis trazar vuestras propias rutas e itinerarios tomando como punto de partida Albendín o Baena. Iremos definiendo rutas concretas y elaborando materiales de apoyo a modo de propuesta dentro de la oferta de experiencias de Gabela de sal. De momento varias propuestas.

En el entorno de Albendín, las salinas de Vadofresno y Altozano podrían constituir un paseo tranquilo junto al Guadajoz. Si ampliamos el radio incluiríamos a Brincas, Pedro Ortiz y Mirabueno hacia el oeste y a Covatillas al este.

Desde el aula de naturaleza y área recreativa del Puente de Piedra, entre los puentes del Palomar y Maturra hay un interesante itinerario que incluiría las salinas de las Alberquillas, Cuesta Paloma, Granadillo, Gastaciete y Gangas. El paseo seria largo pero podemos disfrutar de elementos de interés ambiental y arqueológico asociados a las terrazas y sotos del Guadajoz, incluyendo la Cueva del Yeso.

Desde Fuentidueña, podemos recorrer la cabecera y curso principal del arroyo del Vaquillero, arroyo salinero por excelencia de la cuenca del Salado de Porcuna que incluye, como mínimo, a las salinas de Fuentidueña, San José, Rincón del Muerto y El Justo en Baena, y otras tantas en Valenzuela y Porcuna en la parte baja de la cuenca.

Desde Baena, la salina de Pedro Muñoz nos queda muy cerca junto a la fuente del mismo nombre, mientras que la de Martín Sobrino en el entorno del arroyo Vela y las Roblizas en el de Cea se apartan un poco de la localidad.

Y para rematar, como parte de la visita a Torreparedones o del simple paseo por una de los caminos tradicionales de la campiña no podemos pasar sin visitar las Salina de Tejas Coloras. De su pozo brotan aguas curativas que manan en la misma fuente de la Romana y vuelven a la tierra en forma de salmuera mágica en la parte alta de la cuenca del Salado. En sus muros y caballones quedan las piedras de recintos fortificados de iberos y romanos del entorno, y eras centenarias, quizás milenarias, aguas abajo.

Iremos avanzando en cada ruta y propuesta, de momento aquí queda este primer paseo por las salinas de Baena y nuestro ofrecimiento para cualquier consulta o aclaración.

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