jueves, 22 de octubre de 2015

Catedrales Blancas de Sal de la Campiña

Hoy las ciudades catedralicias españolas celebran el día de las catedrales, una celebración que rinde homenaje al templo principal y sede del obispado correspondiente. En el mundo de la sal, tan vinculado a la religión y nuestra cultura, las salinas de Duernas en Córdoba y Valcargado en Utrera (Sevilla) son las explotaciones con más salero de nuestro entorno, verdaderas catedrales blancas de sal en las que por su pasado histórico desde el presente desarrollamos un nuevo modelo de aprovechamiento para garantizar su futuro. El patrimonio histórico, la riqueza mineral de sus fuentes, y el contexto natural de las salinas de Duernas y Valcargado bien merecen también homenajes como el que hoy reciben otras catedrales.


Salina de Duernas (Córdoba)
Ambas salinas comparten historia milenaria en el ámbito de la Bética, un rico archivo documental, así como elementos singulares que enriquecen el patrimonio industrial, arqueológico y etnográfico de Andalucía. El contexto geológico y natural son también elementos comunes de Duernas y Valcargado. El concepto de humedal cultural con especies únicas compartidas de fauna y flora adaptada a lo salado, y un entorno de lagunas saladas que aportan una avifauna singular, hacen de estas salinas espacios naturales de carácter singular.


Salina de Valcargado (Utrera, Sevilla)
Valores y potencial unen a Duernas y Valcargado también bajo un nuevo modelo de aprovechamiento y desarrollo. La explotación de diferentes tipos y variedades de sal de calidad, el cultivo de salicornia y la gestión del espacio como centro de ocio y conocimiento son líneas de negocio complementarias que desde Gabela de Sal trabajamos cada día para contribuir al desarrollo local y comarcal como fuente de empleo y riqueza desde la sal y las salinas de la catedrales de sal de Duernas y Valcargado.

domingo, 18 de octubre de 2015

Día mundial de la protección de la naturaleza

Quizás por ser domingo, por lo reciente de otras fiestas y celebraciones, por tener en mente otras preocupaciones, o simplemente por la decidía y escaso interés general con lo relativo al medio ambiente, pasa una vez más con más pena que gloria un nuevo día mundial de la protección de la naturaleza.


Hace ya 43 años que cada 18 de octubre recordamos la fragilidad de nuestro entorno natural y la necesidad de actuar contra el abuso de los recursos naturales. Con la excepción de algunas entradas en varios blogs especializados [1] o el simple recordatorio de la web oficial de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente [2], poco más se ha dicho o hecho al respecto.

 
Para Gabela de Sal la protección de la naturaleza asociada a cada una de nuestras salinas es tarea continua y fundamental. Lo natural forma parte del conjunto de valores del paisaje salino en forma de especies de flora y fauna adaptadas a lo salado, de hábitats de especial importancia, y humedales singulares de carácter cultural.

 
Mantener de forma activa la bio y geodiversidad de nuestras salinas no es simple cuestión de de responsabilidad corporativa. Salud, historia y naturaleza son palabras clave de nuestro modelo de negocio y valores que forman parte de cada uno de los productos y servicios que ofrecemos en las salinas.


Sea esta entrada, aunque simple y breve, nuestro homenaje a este día trabajo y protección de nuestro entorno natural con una pequeña muestra de texturas y colores de la vegetación de nuestras salinas.
 

sábado, 3 de octubre de 2015

No hay despensa ni alacena en la que falte la sal


De aceite, pan, tocino, ajo, membrillo, almendra, vino y otros productos del campo, la despensa de Córdoba aparece repleta en el último especial dedicado al sector agroalimentario de la provincia de en el Diario Córdoba.

Del campo viene también la sal artesana de Córdoba. Sin sal, ni la telera, ni el jamón, ni siquiera el Salmorejo Cordobés, plato y bandera de nuestra cocina, hubieran existido. Antes que la vega del Guadalquivir se llenará de naranjas y la campiña de ajos, salinas cordobesas como Duernas y Cuesta Paloma, entre otras, ya llevaban miles de años produciendo sal.

Desde Gabela de Sal y la Asociación Andaluza de Artesanos de la Sal (ANDASAL) tratamos de recuperar este oro blanco olvidado, reivindicando aspectos tales como su calidad diferenciada, su valor natural, histórico e identitario. En poco más de un año hemos transformado un producto común en algo único cargado de salud, historia y naturaleza presente de forma continua en diferentes medios de comunicación, así como en muchos de los fogones de la cocina tradicional y más innovadora de Andalucía.

Sin embargo nos queda mucho por hacer y gotas saladas de sangre, sudor y lágrimas que derramar, convencidos que entre todos podemos hacer de la sal y las salinas de Córdoba un producto y experiencia fuera de lo común, capaz de contribuir de forma significativa a uno de los sectores básicos de la economía cordobesa como el agroalimentario.

Y es que no hay despensa ni alacena llena en la que falte la sal artesana de Córdoba.