lunes, 29 de agosto de 2016

Nadie es profeta en su tierra

Comentarios de la Asociación Andaluza de Artesanos de la Sal (ANDASAL) a la noticia publicada el 29/08/2016 por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio sobre el Parque Natural de las Sierras Subbéticas [1]

Con rabiosa actualidad la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio nos regala hoy la noticia del protagonismo del Parque Natural de las Sierras Subbéticas en la portada de la publicación Unesco Global Geoparks, a través de uno de sus productos, la Sal del Mar de Tethys.


Todo son honores y laudes al buen hacer institucional en la “promoción de los productos locales y la divulgación de los valore naturales y culturales del territorio, y en el caso de la sal, la apuesta por la supervivencia de una actividad tradicional que está en vías de desaparecer, como las salinas de interior”.
También boato, bombo y platillo para la “Estrategia de Gestión Integrada de la Geodiversidad, en la que se incluyen acciones concretas como la elaboración de un catálogo de productos artesanales locales ya comercializados, relacionados con la Geodiversidad (geo-productos), como promoción de la utilización sostenible de la diversidad geológica y el fomento del geoturismo, que garanticen un equilibrio entre conservación y desarrollo en relación con un recurso, guardián de nuestra historia más antigua, el patrimonio arqueológico”.

Y ya puestos, vengan también alabanzas a las Estrategias Andaluzas relacionadas con la Biodiversidad, el Patrimonio Cultural, la Minería y el Paisaje, en las que las que sal y salinas figuran también como hitos singulares de la naturaleza, la cultura y la economía de Andalucía.
Pero pongamos los pies en la tierra y en la sal blanca de la salina, miremos la triste realidad, y hagamos reflexión y acción meditada más que fiesta y propaganda. Desde La Asociación Andaluza de Artesanos de la Sal, ANDASAL, es lo que llevamos haciendo desde que empezamos nuestras primeras reuniones con los salineros, activos o no, de Córdoba, Jaén, Sevilla y Málaga, así como con diferentes instituciones y administraciones con competencias en la materia, incluida como no, la propia Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, hace ya varios años.

De cada uno de los salineros de Andalucía, de campiña o sierra, guardamos horas de trabajo pero sobre todo de transmisión oral, como todo lo artesano y patrimonial, de la cultura del trabajo en la salina, de los tipos de sal y las mil y una historias de vida de familias enteras en el tajo salado de la explotación. Nos quedamos también con los intentos de innovación y emprendimiento en torno a nuevos tipos y variedades de sal llamadas al Olimpo Gourmet más exquisito y exigente, y el reconocimiento a nivel nacional del proyecto Gabela de Sal por la Federación Nacional de Cofradías Vínicas y Gastronómicas, premio 2015 Artesanía culinaria como Mejor elaborador Artesano de Sal.
Pero no es oro ni sal todo lo que reluce. Algunas de estas reuniones cuajarón y conseguimos, al menos, mantener en explotación algunas salinas, inmersas en un serio problema de relevo generacional. En otras, el proyecto quedo en eso, en una o varias reuniones sin éxito quizás motivado por la resistencia del sector a la innovación y el emprendimiento, la falta de recursos y oportunidades de financiación, nuestra propia capacidad de motivación, o todo lo anterior. La realidad, la triste realidad, es que cada año el BOJA se llena de nuevas declaraciones de caducidad por abandono de salinas tradicionales y ausencia de ofertas en los correspondientes concursos de explotación y reapertura.

De lo institucional y lo administrativo, guardamos más horas todavía de trabajo, de reuniones con la Secretaría General de Agricultura y Alimentación y la Dirección General de Calidad, Industrias Agroalimentarias y Producción Ecológica, para la puesta en marcha de un proyecto de diferenciación del sector basado en el concepto de Sal Artesana y la primera Denominación de Origen Protegida de Sal de Manantial de Andalucía, España y Europa.
Reuniones también con la Secretaría General de Ordenación del Territorio y Cambio Climático, para desarrollar las recomendaciones que distintos instrumentos de planificación y ordenación territorial incluían e incluyen todavía con relación a la protección y puesta en valor de salinas clasificadas como de interés cultural y paisajístico; con la de Gestión Integral del Medio Ambiente y Agua o la Dirección General de Gestión del Medio Natural para reivindicar el valor natural y paisajístico de las salinas de manantial; y la Dirección General de Prevención y Calidad Ambiental para desarrollar un nuevo marco de acción con relación a la incidencia medioambietal de estas explotaciones.

Más reuniones con Delegaciones Territoriales de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte, o el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico para resaltar el valor industrial, arqueológico, arquitectónico y etnográfico de las salinas, así como con las de la Consejería de Turismo y Comercio para abordar estrategias de aprovechamiento de algunas salinas de interés por su localización y potencial turístico.
Y como no, reuniones también con la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, para mostrar el potencial del sector como motor de innovación asociado a la obtención de nuevas variedades de sal y la reutilización de las salmueras residuales, y sobre todo con la Secretaría General de Innovación, Industria y Energía y la Dirección General de Industria, Energía y Minas para intentar reactivar un sector de la minería andaluza olvidado de forma recurrente en la planificación minera, hasta convertirnos en la entidad con mayor numero de aportaciones a la nueva y recientemente aprobada Estrategia de la Minería Andaluza.

Sangre, sudor y lágrimas saladas derramadas en horas de trabajo, viaje y desencuentro con la familia, para solicitar, preparar y asistir a cada una de estas reuniones, y otras a nivel local y provincial con más de un Ayuntamiento, Diputación y Grupo de Desarrollo Rural, llamando la atención sobre la situación del sector, su problemática pero también de sus valores y potencial como fuente de bio, geo y cliodiversidad, y oportunidad de nuevos modelos de negocio en torno a lo salado, empleo, riqueza y desarrollo local.
De todas estas reuniones nos quedamos con la atención recibida, y el tiempo reservado en la siempre apretada agenda del alto cargo para hablar de sal y salinas. Nos quedamos también con la sorpresa de las instituciones al saber por primera vez de salinas milenarias que tratan de mantener vivo un patrimonio singular y propio de Andalucía y, como no, con el apoyo sincero de cada uno de los representantes institucionales que nos recibieron.

Pero tampoco es oro, ni sal todo lo que reluce en el caso institucional. El reconocimiento recibido por parte de cada una de estas instituciones, es algo que llena siempre de orgullo y satisfacción, pero poco más. Las piletas y los saleros de muchas de estas salinas no se llenan con este reconocimiento, ni tampoco la despensa, ni la barriga de los que tratamos de vivir de la sal y la salinas.
No hemos ido pidiendo ni subvenciones, ni subsidios a las instituciones con las que hemos contactado, todo lo contrario, cada reunión ha estado acompañada de la entrega de documentación técnica elaborada por ANDASAL para actualizar inventarios o estudios de la administración, y propuestas concretas de trabajo con relación a la puesta en valor de una u otra salina en función de lo que la propia institución recogía en diferentes estrategias, programas o planes de actuación en materia de medio ambiente, agricultura, minería y ordenación del territorio.

Por eso nos escuece, como la sal en la herida, iniciativas institucionales que hablan y fomentan los productos de la tierra y el mar de Andalucía, pero vacías de cualquier tipo de referencia explícita a la sal, que no a lo salado del jamón serrano, los quesos artesanos, el salmorejo, las aceitunas y otros tantos productos en los que sal de calidad es elemento artesano y obligado. Nos escuece también iniciativas de promoción del patrimonio industrial que promueven rutas y visitas a lo más selecto del paraíso agroalimentario andaluz lleno de sabores básicos menos el salado, y así, granito a granito, todo un salero lleno y vacío en la herida abierta de un sector tradicional, condenado a desaparecer a todas luces, por él mismo y lo que lo rodea, pero que trata de resistir y modernizarse.
Menos mal que de vez en cuando surgen noticias como la que nos ocupa que nos recuerdan la importancia de la sal y las salinas de manantial, capaces de despertar la conciencia institucional, más por la importancia de quien a nivel internacional lo hace y lo manifiesta, que por convencimiento propio y menos por lo que desde ANDASAL hayamos hecho y dicho ante estas mismas instituciones.

Desde ANDASAL seguiremos trabajando por hacer visible este recurso y patrimonio andaluz, seguiremos apostando por los que apuesten por mantenerlo vivo y renovado con viejas y nuevas salinas, seguiremos insistiendo ante las instituciones, dando la lata y pataleando como alguna vez nos invitaron a hacer desde alguna institución que otra para seguir vivos, aunque recibamos más de un cartucho de pólvora y sal en el intento, ni seamos profetas en nuestra tierra.

[1] Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Noticias
Emiliano Mellado Álvarez
Presidente ANDASAL

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