Cuando celebramos el VI Simposio del Salmorejo Cordobés
dedicado a la sal La Sal de la Vida, presentamos nuestro concepto de La Vida de
la Sal. Con esta idea queríamos reflexionar sobre un patrimonio vivo y vivido por
viejos salineros de la campiña de Córdoba, pero también vivo y por vivir desde
nuevas iniciativas y proyectos empresariales en torno a la sal y las salinas
cordobesas.
Los viejos salineros como Regalado en Duernas derraman lágrimas de sal
recordando tiempos de oro blanco, pero sobre todo de salinas repletas de vida,
muros encalados y tejas limpias de jaramagos y palomina. Hoy la tapia sin cal
que la endurezca se convierte a poco que llueva en ripio, y la teja antigua en
pieza de colección o reventa del polvero de pueblo.
¿Por qué nos empañamos en levantar ésta y otras salinas
olvidadas? ¿Qué sentido tiene hablar de la artesanía de la sal? ¿Es posible
innovar en un sector productivo más muerto que vivo prácticamente olvidado y
abandonado por la población y las instituciones?
Hablar de rehabitar las salinas, reivindicar la artesanía de
la sal y sobre todo desarrollar un nuevo modelo de aprovechamiento de la sal y
las salinas de interior de Andalucía es para Gabela de Sal un objetivo
fundamental de negocio, pero sobre todo, una apuesta importante, no carente de
riesgo, de vivir de lo salado.
La mayoría de la población piensa que, por común y abundante,
la sal es algo de escaso valor, y que la salina, como lugar de origen de la sal,
es algo grande como una mina o un amplio espacio litoral repleto de enormes
montones de sal. Una escasa minoría reconoce que existe una sal de calidad e
incluso que existen diferentes tipos de sal diferenciables por su color rosa o
una presentación en escamas muy singular que se producen en otros países, y aun
menos son los que conocen o saben de salinas y saleros de menor tamaño de las
tierras de interior.
Como quiera que nadie o casi nadie es profeta en su tierra,
hablar de la calidad de la sal y las salinas de manantial en este contexto parece
algo complicado. Y en verdad lo es. Llevamos algo más de un año trabajando en
esta idea y a pesar del último reconocimiento al concepto de Sal Artesana que
hemos recibido, queda mucho por hacer, mucha promoción pero sobre todo
didáctica de la sal.
Queda también conseguir la implicación de las diferentes
administraciones con competencias. En ello estamos desde primeros de año con
ANDASAL, la Asociación Andaluza de Artesanos de la Sal. A lo largo de enero y
febrero hemos tenido varias reuniones con responsables a nivel regional y
provincial de la minería, agricultura, medio ambiente, cultura y ordenación del
territorio. No hemos buscado la subvención para la puesta en valor de las
salinas ni tampoco apoyo financiero para el proyecto de Gabela de Sal. Era más
importante recordar a la administración que no hace mucho tiempo la producción
de sal de manantial fue una actividad rentable y que las salinas como espacio
productivo formaron parte del paisaje e historia común del interior de
Andalucía.
Pero más allá de esta llamada a la importancia pasada y el carácter
patrimonial de la cultural de la sal, hemos tratado de presentar un nuevo modelo
de negocio capaz de aprovechar la riqueza mineral de los manantiales de
interior y sus beneficios para la salud, el valor cultural e histórico de lo
material e inmaterial de la salina y los salineros, y los valores naturales de
las aguas saladas repletas de especies de flora y fauna únicas. Salud, historia
y naturaleza son palabras clave que definen tres conjuntos de valores que en
torno a la sal y las salinas de interior permiten desarrollar un nuevo sector
productivo con nuevos productos y modelos de negocio, capaz de generar empleo y
riqueza desde el conocimiento y la gestión del valor.
En este empeño, no estamos solos. Clientes y amigos desde la
gastronomía, la investigación y alguna institución a nivel provincial nos
acompañan. Tampoco somos los únicos que creemos que un nuevo concepto de salina
es posible. Katia Hueso y Jesús Carrasco de IPAISAL, Instituto del Patrimonio y
los Paisajes de la Sal desde Madrid, y José Manuel Vidal de BIOCYMA en Murcia, tratan
también de recuperar la sal escondida del interior de la Península.
Con ellos y otros amigos trabajamos para dar forma a un
proyecto común y crear la Red Ibérica de Salinas Tradicionales (RIST). En
septiembre tendrá lugar el cuarto encuentro de la RIST en Murcia, pero antes, de
la mano de IPAISAL el próximo 16 de mayo en Sigüenza, abordaremos algunas
cuestiones interesantes sobre el presente y futuro de las salinas de interior.
Se trata de un encuentro con interesante programa de actividades dirigido a todas
aquellas personas o entidades relacionadas con el patrimonio salinero.
De sus conclusiones y desarrollo os informaremos en próximas
entradas.
Más información:IPAISAL
Apartado de correos 50. E-28450 Collado Mediano
Tel. +34 678 896 490. Tel./Fax +34 91 855 41 60
e-mail: salinasdeinterior@gmail.com, katia@ipaisal.org
Web: www.ipaisal.org (under construction)
FB1: www.facebook.com/ipaisal.org
FB2: www.facebook.com/salina.art
T: @ipaisalorg
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