domingo, 23 de noviembre de 2014

Aceite y sal



La sal y el aceite forman parte de nuestra cultura en forma de alimento y gastronomía, ungüento sagrado de oración y sacramento, medicina y tónico natural de piel y huesos, salina y olivar de sierra y campiña, gabela de sal y molino de aceite.
Baena, tierra de aceite y olivar, celebra este fin de semana una nueva Gala Oro Virgen, fiesta dorada de bendición y reconocimiento. Olivar y aceite hacen de Baena territorio de olivos y oleo que impregna su historia, su cocina y la forma de ser de su gente. Año tras año, ya con este diecisiete, en cada Gala damos la bienvenida al aceite fresco de la nueva cosecha y reconocemos instituciones y personalidades que abogan por la olecultura.

Ojalá que Baena, tierra también de sal y salinas, celebre algún día una Gala Oro Virgen, ahora blanca de sal como tributo al pasado glorioso de sus salinas y apuesta decidida por nuevas vías de desarrollo local. Pueblos como Añana (Álava), Pozo de la Sal (Burgos), Imón (Guadalajara) y Salinas de Oro (Navarra), lo hicieron en su día orgullosos de su historia blanca, pero sobre todos, convencidos de su futuro.
Desde Gabela de sal, damos la bienvenida al aceite nuevo pero también, orgullosos de nuestro pasado y convencidos de nuestro futuro en torno a la sal y a las salinas, reivindicamos la halocultura como motor de desarrollo y riqueza de Baena. La calidad diferenciada de la sal de Baena, el patrimonio histórico y natural de sus salinas, constituyen valores importantes que pueden hacer del territorio, espacio de referencia y ejemplo de nuevos modelos de negocio.

Ojalá que como nosotros, el pueblo de Baena y todos los que de una u otra forma construyen el territorio, desde lo público o lo privado, vean en la sal y las salinas, no ya una alterativa posible al bendito olivar, sino una necesidad de diversificación de la economía local desde un sector en alza capaz de generar denuevo riqueza, cultura y futuro para las tierras de Baena y Córdoba.

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