domingo, 23 de noviembre de 2014

Sal de lo común


 
La sal es elemento indispensable para la vida. Nuestras lágrimas, sangre y sudor tienen sabor salado que nos recuerda nuestro vínculo vital con el agua sal de la salmuera marina o del interior. Sin darnos cuenta, kilos y kilos de sal nos rodean cada día en múltiples facetas de la vida. La sal de los alimentos, la sal de encurtidos y salazón de carnes y pescadso, la sal de nuestro salero, la sal que hace posible endulzar las aguas duras, la sal de cientos de productos de limpieza y cosmética, la sal del cuero y el plástico, la sal también del oro y la plata, montones de sal por todos lados que hacen de este elemento algo común de escaso valor y precio.
Lejos quedaron los tiempos del oro blanco, las vías salarias de trasiego de sal, el salario, los pactos de sal, los relatos y alabanzas a la sal de interior de Plinio y Estrabón, el estanco y contrabando de sal, la guardia y torres vigía de las salinas, la sal de Apicio, los saladeros de la casas de pueblo para jamones y tocino, los ritos y costumbres, las salinas y lo salineros, tiempos pasados de gloria y riqueza de sal.

Como de otras tantas cosas del campo, nos olvidamos de la sal de toda la vida, del brillo y la blancura de cristales nuevos en la pileta, de sabores dulces y amargos de la sal, los panes y quesos también de sal. La industria y la industrialización de la salina nos borraron de golpe miles de años de historia, cultura y artesanía de la sal de interior. Montones de sal común acabaron con las salinas de Córdoba así como con otras de tierra adentro de Andalucía. Los cristales mate y el salado común de la sal de la salina industrial llenan la cocina sin importarnos su origen o calidad. Mientras que presumimos de nuestras mejores carnes y pescados como productos sublimes de la despensa andaluza, poco nos importa sazonar con lo común lo mejor de nuestra mesa o en el mejor de los casos rematar los platos de la cocina andaluza con la sal importada en escamas o rosa sin saber muy bien de dónde y cómo se obtiene.
Desde Gabela de Sal apostamos por la sal de calidad diferenciada, con origen y salero andaluz, la sal de manantial, rica y pura concentrada hace millones de años de mares antiguos que no quisieron abandonar la campiña de Córdoba, la sal blanca y brillante que forma cristales naturales de infinitas formas bajo el sol y el viento, la sal con sabor, salado, dulce, picante y amargo, sin aditivos ni molinos, sal que sale de lo común para entrar en el mercado selecto del gusto, del consumo responsable, la preocupación por el origen de lo que compramos y comemos, del valor cultural de nuestra alimentación, de la gastronomía y el territorio, del paisaje y paisanaje, de lo natural y lo saludable. Esta es nuestra sal artesana, nueva sal y salero de salinas tradicionales y salineros viejos, fruto del conocimiento, la innovación y una apuesta decidida por la calidad, conceptos clave de nuestro modelo de negocio.

La caracterización del patrimonio salinero, el desarrollo de nuevas técnicas de elaboración de diferentes tipos de sal, y la calidad como diferenciación en su doble vertiente alimentaria y empresarial, nos lleva a la puesta en marcha de proyectos de investigación y desarrollo con la colaboración de la Universidad de Córdoba, varios grupos de desarrollo rural de la provincia y otras instituciones nacionales e internacionales relacionadas con el estudio y puesta en valor de los paisajes de la sal.
Esta labor de colaboración y promoción institucional es fundamental para un proceso global de diferenciación que Gabela de Sal desarrolla con la colaboración de la Asociación Andaluza de Artesanos de la Sal (ANDASAL) y la Dirección General de Calidad, Industrias Agroalimentarias y Producción Ecológica de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía. Desde el pasado mes de junio trabajamos en la elaboración de los pliegos de condiciones y especificaciones para la creación la Denominación de Origen Protegida Sal de Campiña de Córdoba y la Especialidad Tradicional Garantizada Sal de manantial. En el ámbito de Andalucía se ha desarrollado también una propuesta de condiciones técnicas para la elaboración de la Sal Artesana de Manantial y la producción ecológica de sal.

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