Hasta mediados del siglo XX las salinas de manantial eran la
principal fuente de sal y salmuera de las industrias alimentarias de la región.
Con la recuperación de las salinas de interior la sal artesana de manantial
vuelve a estar presente en sectores clave de la industria andaluza.
De la mano de Gabela de regresa la sal a los saladeros
tradicionales de tierras de montanera y queso, a la artesa de la tahona y la
matanza, así como a la orza de aceitunas y alcaparras.
Vuelve desde el saber artesano el sabor más blanco y salado
del interior de Andalucía; un nuevo salero andaluz comprometido con la salud,
la naturaleza y la historia andaluza, una próxima denominación de origen
protegida única en el contexto europeo, una nueva forma de ver, hacer y ser
simplemente sal y salina artesana.
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